Esto de hacerse grande es un rollo
Al final, todo se había convertido en un sinfín de quejas sobre la vida y tribulaciones de los dos jefes. Ya nos habíamos medio acostumbrado, por así decirlo, a sacar temas para estar casi seguros de que no se iban a tener en cuenta y no había ninguna solución, porque los jefes estaban ausentes o, cuando sí estaban presentes, sus problemas personalescobraban prioridad o eran tan universales que no había lugar ni tiempo para dirigir la academia.