Contexto y pretexto
No es complicado abrir una academia de idiomas, puesto que el mercado ya está ahí, el nicho también se ha creado, los incentivos para pequeños negocios existen, las facilidades administrativas también, la demanda y los clientes potenciales también. No hay que crear necesidad e interés por el servicio de la enseñanza de idiomas, puesto que esto ya existe: el inglés, por ejemplo, es sencillamente algo que marca diferencia en la competición en el mercado de trabajo. Un título oficial y conocimientos de inglés a niveles decentes pueden llegar a zanjar el proceso de selección en una empresa, incluso si el puesto en sí no requiere ni conocimientos de inglés, ni necesidad del uso del idioma en el día a día del curro. Además, todo esto se particulariza más aún cuando el candidato puede valerse para hablar francés e incluso un tercer idioma extranjero.